Artaud... la cara de mis alucinaciones. Los ojos alucinados. Los rasgos angulosos, tallados por el dolor. El hombre soñador, diabólico e inocente, frágil, nervioso, potente... Realmente es un hombre alucinado y alucinante... es un decadente quebrantado y tembloroso, otro "decadente entusiasta"... opio, quizá. Sus ojos trascienden lo que miran. La cara demacrada, la malicia, la pasión, la violencia.


Anaïs Nin

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