UNA TAZA DE TÉ.




Y así, en los delirios nocturnos, te refugias en versos de un escritor maldito
que hablaba de cerveza, de hombres desesperados, de locura, de mujeres libres y liberales.
Las matemáticas también  acompañan pues siempre consiguen concentrarte. Una taza de té.
Sí, creo que una buena taza de té espanta cualquier mal. París también. 

Y tu mundo interior, ese sentido tan profundo que te encanta, que te caracteriza, que te acerca.
Esas ganas inmensas de abrazar el mundo con todas tus fuerzas. Delirios nocturnos en los que escribes.
Escribes y no fumas al mismo tiempo. Escribes y escuchas al mismo tiempo.
El silencio de la madrugada interrumpido por la imagen de tu respiración en mi oído.
Una taza de té, señor Bukowski. Buenas noches o espero mejor buenos días.

























































































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