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"Era ella, animal de impulsos, de ojos oscuros y divertidos ante la vida. De caprichos. Era ella cuando bailaba despreocupada con un cigarro en la mano y las miradas escandalizadas de la gente a su alrededor. Porque también era público, transgresión, escándalo.
Recuerdo verla amanecer abandonando la cama, rebosante de energía tras a penas dos horas de sueño. Despreocupada, brillante. Iba así, de un extremo al otro de la casa, corriendo a recibirme con su voz rota de humo y alcohol. Descalza, con los tirantes medio caídos y el sujetador de encaje oscuro un poco a la vista. Ella, ruido, pasión descontrolada, verbo sin sustantivo, imperativo sin conjugación. Ella intemporal, impersonal, a veces desorientada, pero... tan libre, tan suya, tan perdición."






























































































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