Por primera vez, al cabo de mucho tiempo, pensé en Marie. No me escribía desde muchos días atrás. Al recordarla esta tarde, me dije que tal vez se hubiera cansado de ser la amante de un condenado a muerte. También se me ocurrió que tal vez estuviera enferma o muerta. Pertenecía al orden natural de las cosas. Cómo podría haberlo sabido yo si fuera de nuestros cuerpos, ahora separados, nada nos unía ni nos hacía recordarnos. Además, a partir de ese momento, el recuerdo de Marie me habría sido indiferente. Muerta, dejaba de interesarme. Me parecía normal, como me lo parece el que las gentes me olviden una vez muerto. Ya nada tienen que ver conmigo. Ni siquiera podría decir que tal pensamiento me pareciera duro.
Hoy he pensado en ti. Ya mañana será otro día...
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