VISTAS.





Secretly falling apart.

Era una habitación no muy grande, con las cortinas de color azul, un par de sofás de cuadraditos y una mesa de café. Sobre ella había varios libros abiertos, recortes de revistas, una vela apagada, un cenicero medio lleno y muchos sueños por cumplir. Se había quedado dormida con las gafas puestas y la cabeza apoyada en un cojín desteñido. Extendió la mano para poder poner algo de música y para abrir un poco la cortina... dejar entrar la aurora. Pero no hacía falta despertador, ni luz. Fuera ya empezaba a susurrar el mar.





































































































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