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Y esto sucedió cuando dejé el alma al descubierto.
Volé alto, muy alto, por encima de cualquier aparente obstáculo.
Las pequeñas cosas se volvieron inmensas y con esa inmensidad construí el mundo.
Todo se hizo fácil. Buena música, buena cerveza y buena compañía.
Sentí esa combinación perfecta, como un zumo de piña con un banco de estación.
Y ha sido fácil, tan fácil como dejar(se) de ser el lugar adecuado en el momento adecuado
y desaparecer.
Tan libres, tan tuyo, tan mía, y me gustaba así. 
Me resultaba sencillo, cómodo, diferente, con personalidad.
Sin interpretaciones ni palabras, ven a dar un paseo entre discos y vinilos.




























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1 comentario:

Unknown dijo...

momento tenue señorita...