- ¿Te acuerdas, la última vez, asomaban algunas plumas de la almohada y después de hacer el amor tú sacaste una y dijiste: "Mira, qué plumas tan suaves", y me hiciste cosquillas con ella detrás de la oreja y por el pecho y luego la tiraste al suelo? ¿Te acuerdas?

Lilly había traído la mescalina. Me había sorprendido por detrás y me había preguntado:

- ¿Qué estás haciendo aquí tan solo?- Y cuando dije que estaba contemplando la lluvia en la terraza me habló de la pluma. Me mordisqueó la oreja, sacó las cápsulas azules, envueltas en papel de plata, de su bolso y las puso en la mesa. Se oían truenos y estaba entrando agua; me dijo que cerrara la puerta de la terraza.


Ryu Murakami

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